sábado, 29 de abril de 2017

CURTO FLOOD ANTE LA HISTORIA


ESTRELLAS DEL BÉISBOL



Por Héctor Barrios Fernández.

II)




…en la primera parte nos quedamos en que…

Flood decidió que no reportaría al campo de entrenamiento de los Filis. En lugar de eso, el 24 de diciembre de 1969, escribió una carta a Bowie Kuhn, comisionado del béisbol.

Estimado Señor Kuhn:

          Después de 12 años en las Ligas Mayores, no siento que yo sea una propiedad para ser comprada y vendida sin importar mis deseos. Creo que cualquier sistema que arroje ese resultado viola mis derechos básicos como ciudadano y es contradictorio a las leyes de los Estados Unidos y de algunos estados. Es mi deseo jugar béisbol en 1970 y estoy en capacidad de jugar. Recibí un contrato del club de Filadelfia, pero creo que tengo el derecho de considerar ofertas de otros clubes antes de hacer decisiones. Por lo tanto solicito que Usted haga del conocimiento de todos los clubes de ligas mayores mis sentimientos en esta materia y les notifique de mi disponibilidad para la temporada de 1970.
                                                                                                       Sinceramente.
        
Curt Flood.


Kuhn dijo no entender lo que Flood estaba queriendo obtener: “Ciertamente estoy de acuerdo contigo que tú, como ser humano, no eres una propiedad para ser comprada o vendida. Eso es fundamental en nuestra sociedad y creo que es obvio.” Pero Kuhn no vio o no supo cómo atender la presente situación de Flood. La cláusula de reserva no podía ser derogada.

Si Flood no acordaba jugar con Filadelfia, él no podría jugar con nadie.

Flood prometió llevar su caso a la Suprema Corte si fuera necesario y Marvin Miller y la Asociación de Jugadores acordaron respaldarlo. Arthur Goldberg, ex miembro de la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos, serviría como consejero de Flood.

Charles Feeney y Joe Cronin, presidentes de las ligas Nacional y Americana, emitieron una declaración conjunta, advirtiendo de la “situación caótica” que seguiría si la cláusula de reserva fuera hecha a un lado, “el béisbol profesional simplemente dejaría de existir.” Declararon.

La lucha entre los jugadores y los dueños parecía estar llegando a su climax.

Tomado del documental “béisbol” de Ken Burns.

Recuerdo haber leído que Sócrates que se cree nació en 470 y murió en 399 antes de Cristo o antes de nuestra era dijo más o menos que: “Los jóvenes de hoy en día son mal educados, no respetan a sus padres, a sus maestros, desprecian a la autoridad…”

Han pasado más de 2 000 años desde entonces y con frecuencia se expresan ese tipo de opiniones. Aunque por fortuna hay muchos jóvenes que hacemos lo contrario a esta respetable opinión.

Entonces la libertad es positiva pero no el libertinaje.

Los sindicatos o asociaciones son buenos para el trabajador cuando vela por sus derechos y combate las injusticias, pero son malos para la sociedad entera cuando solapan las faltas cometidas por el trabajador o se venden al mejor postor como botín político.


Si el caso de Curt Flood sirvió para lograr una mejoría en muchos sentidos para el pelotero profesional de ligas mayores, no se debe de dejar pasar la oportunidad para que el caso de Luis Ignacio Ayala sirva de ejemplo para mejorar sustancialmente la situación del pelotero mexicano en México. A la vez de lograr un acuerdo justo y equitativo entre jugadores y empresarios.

Los peloteros merecen mejores condiciones laborales y los empresarios merecen tener ganancias en su inversión.

El espectáculo del béisbol de Ligas Mayores no desapareció con el caso de Curt Flood, ni con las huelgas o movimientos que ha habido, por el contrario se ha solidificado y hoy está más fuerte en muchos sentidos que nunca.

                                                                          




viernes, 28 de abril de 2017

A PROPÓSITO DE LUIS IGNACIO AYALA

ESTRELLAS DEL BÉISBOL


Por Héctor Barrios Fernández


Hoy en día nos es común escuchar o leer que algunos jugadores firman contratos de varias decenas o centenas de millones de dólares en organizaciones del béisbol de grandes ligas, se dice rápido y fácil. Pero esto ha costado a algunos hombres, sobre todo a los peloteros y sus familias, sangre, sudor y lágrimas.

En el siglo XIX, Moses Fleetwood Walker, fue expulsado del béisbol de grandes ligas por el sólo hecho de ser de piel negra. Jackie Robinson luchó para ser aceptado en el béisbol de ligas mayores con los Dodgers de Brooklyn, así como Larry Doby con los Indios de Cleveland, otros como Hank Greenberg batallaron por ser descendientes de judíos, Roberto Clemente sufrió para poder establecerse, Andy Messersmith y Dave McNally tuvieron que ir a las cortes para hacer valer sus derechos y no hay que quebrarse mucho la cabeza para encontrar este tipo de lamentables situaciones.

En nuestro país la cosa no ha sido diferente. Jugadores expulsados de por vida por atreverse a exigir sus derechos, el mismo Héctor Espino negándose a reportarse a la organización de los Cardenales de San Luis por no recibir lo que él consideraba justo, lo que seguramente lo privó de jugar y triunfar en grandes ligas, el mismo Espino negándose a jugar con los Naranjeros de Hermosillo en 1968 por defender su salario y súmele Usted.

Así que los sueldos millonarios, los fondos de retiro, la atención médica, los hoteles  cinco estrellas, bonos por rendimiento, etc., no son obra de la casualidad, ni son caídos del cielo, se deben a la lucha y exigencia constante de los peloteros los cuales están organizados en sindicato, al menos en grandes ligas.

Me viene a la mente uno de los casos más sonados (sin que quiera decir que los anteriores son poca cosa) dentro del béisbol.

Los Cardenales de San Luis habían ganado la serie mundial de 1967 y el título de la Liga Nacional en 1968, en parte gracias a su co-capitán Curt Flood, quien había sufrido amargos momentos en ligas menores, hasta llegar a convertirse en el mejor jardinero central del béisbol, ganador de siete guantes de oro por su brillante fildeo.

Flood pensaba que lo había hecho lo suficientemente bien y que al finalizar la temporada de 1968, él estaba más que justificado para solicitar un aumento de 30 000 dólares para el año siguiente.

El dueño de los Cardenales August “Gussie” Busch, de setenta años de edad, dueño de un imperio cervecero, había aplastado cualquier intento de organización por parte de sus trabajadores en su compañía cervecera y tenía poca simpatía por los jugadores que se atrevieran a hacer una evaluación acerca de su valor.

Busch estaba indignado por la solicitud y atrevimiento de Flood, él ya pagaba los salarios más altos de la Liga Nacional, según decía. ¿Qué estaba pasando con el béisbol? ¿Qué le estaba pasando al país?

Busch estaba frecuentemente enojado aun en tiempos tranquilos, pero la Asociación de Jugadores había incrementado su acostumbrada tirria y cuando el entrenamiento de primavera finalmente se puso en marcha, llamó a una reunión especial para sobajar a sus jugadores, asegurándose de que los reporteros deportivos estuvieran presentes para que publicaran su humillación.

El país completo se estaba yendo al infierno, les dijo que las virtudes, la lealtad, responsabilidad, el trabajo duro, estaban siendo olvidados. Los jugadores de béisbol estaban estropeados, chiqueados, sobre pagados.

“Si ya no lo sabes” gritaba, “Te lo voy a decir ahora mismo… los aficionados consideran que tuvieron altas consideraciones para el juego y los jugadores. Muchos aficionados están diciendo que nuestros jugadores están gordos, que ellos sólo piensan en el dinero y no en el juego”.

Si este exhorto tenía la intención de inspirar a su equipo, tuvo un efecto opuesto al que se proponía. Los Cardenales cayeron al cuarto lugar y Curt Flood tuvo un año menos que excepcional, el cual fue la excusa que Busch necesitaba para echarlo de su equipo y de su vista.

En octubre de 1969, Flood recibió una grosera llamada telefónica de parte de un oficial menor de la oficina de los Cardenales: después de 12 años en San Luis y sin ninguna consideración, fue cambiado a Filadelfia como parte de un trato de siete jugadores.

Los Filis eran un equipo de segunda división. Flood tenía 31 años de edad, había sido cambiado ya una vez y no deseaba mover a su familia de nuevo o dejar atrás sus intereses. Especialmente Flood no quería finalizar su carrera ante multitudes que celebraran que jugara fuerte ante jugadores negros.

Flood era un hombre sensible, era un artista de la fotografía entre las temporadas y un pensador independiente, completamente consciente de los cambios que sucedían alrededor de él y del béisbol. Años más tarde, él explicó lo que pasó por su mente ese otoño.

Creo que realmente tienes que entender quién es esa persona, quién fue Curt Flood. Soy un niño de los sesentas, soy un hombre de los 60’s. Durante ese período de tiempo este país estaba cambiando. Estuvimos en el sureste de Asia.

…Hombres buenos estaban muriendo por nuestro país y por nuestra constitución. En el sur de los Estados Unidos estábamos marchando por los derechos civiles y el Dr. Martin Luther King había sido asesinado y habíamos perdido a los Kennedy. Y pensar que yo era simplemente un beisbolista profesional, podía ignorar lo que estaba sucediendo fuera de las paredes del estadio Busch era verdadera hipocresía y ahora encontraba que todos estos derechos por los que los estadounidenses estaban muriendo, no los tuve en mi propia profesión.

Flood decidió que no reportaría al campo de entrenamiento de los Filis. En lugar de eso, el 24 de diciembre de 1969, escribió una carta a Bowie Kuhn, comisionado del béisbol.

Estimado Señor Kuhn:
          Después de 12 años en las ligas mayores….                        
Continuará…

Tomado del documental “Baseball” de Ken Burns.
                                                              
                                                                           barriosbecerra@prodigy.net.mx


  

lunes, 24 de abril de 2017

VARONA: MEMORIA DEL BEISBOL CUBANO



POR JESÚS VARONA:

Vamos al emotivo año de 1942 en el campeonato de base ball en la Liga de la Unión Atlética Amateur De Cuba.

Ello, después del año anterior (1941) en que el Cienfuegos se corona campeón, de la Unión Atlética Amateur, con el Premier Conrado Marrero en el Box, quien logra también el Campeonato de Pitcheo.

Fue un año agridulce.

Y es que la selección cubana perdió el cetro del Base Ball Amateur Mundial a manos del equipo de Venezuela, con "El Chino" Daniel Canónico en el Box, quien logró logro bailar en la casa del trompo y fue cargado en hombros en gesto de buena voluntad dado por el público habanero asistente al estadio de "La Tropical".

En 1942, el Calendario Final de la Unión Atlética tenía preparado un desenlace emotivo:

El equipo Cienfuegos Sport Club debía celebrar un crucial encuentro con Deportivo Matanzas para coronarse campeones por segunda vez en forma consecutiva, pero en caso de perder ese encuentro tendría que ir a un juego decisivo con sus rivales de consideración, el potente Círculo Miltar y Naval bajo el mando de Evelio Miranda.

Por el Deportivo Matanzas actuó en aquel crucial juego el estelar Rogelio "Limonar" Martínez, y por los sureños, El Premier de los Lanzadores: Conrado Marrero.

El juego se celebró en Matanzas y terminó 1-0 a favor de los jugadores de la Atenas de Cuba.

Cienfuegos: 7 Hits. Un Error. El Deportivo Matanzas: 5 hits y la carrera decisiva por el propio lanzador "Limonar, quien abrió la 6ta entrada con bonito hit al centro; el "Curro" Pérez, le siguió con sacrificio, que lo sitúa en la 2da base.

El receptor (actuando como lra Base) Roger Avalos, lo llevó hasta 3ra y Derubín Jácome, con dos strike y una bola logró una conexión que se convirtió en infield hit por la indecisión del cuadro de los de La Perla del Sur, permitiéndole a "Limonar" pisar el home, con la carrera del triunfo para el Conjunto Matancero dirigido por el astuto "Pipo" de la Noval.

De esta forma quedó abierta la escena para el juego decisivo del campeonato entre el Círculo Militar y Naval y el Cienfuegos Sport Club":

El Premier Conrado Marrero vs Isidoro (Izzy) León, partido que se jugó en el Estadio Cervecero de "La Tropical".



El Cienfuegos abrió fuego primero frente a Isidoro León, con inatrapables de Charles Pérez (el bateador más destacado del juego por los sureños) y Albertico Fábregas, seguido de doblete de David Pérez y posterior a un largo elevado impulsador de JR González "Papas", lo cual hicieron posible tres anotaciones.

Marrero, hizo su trabajo como de costumbre: hermético.- hasta el 7mo Innings, cuando le anotan dos carreras.

Cienfuegos respondió anotando otra más poniendo el Juego 4-2, pero en el noveno, el Círculo Militar respondió con tres carreras gracias a un pésimo fildeo del jardinero izquierdo Raul Guimera sobre conexión del receptor Rogelito Valdez, haciendo realidad el empate a cuatro.

Siguió el rally por un texas de "Lenguita" Fernández, que empujó a Rogelito (el mejor bateador de los castrences) Carrera que resultó decisiva, para que se coronaran los pupilos de E. Miranda, campeones de la Liga en ese año 1942.

También en 1942 fue cuando la selección cubana recuperó el Lugar de Honor, perdido a manos de Venezuela, en la IV Serie Mundial celebrada el año anterior.

Aquel histórico partido lo lanzó por Cuba el Premier Conrado Marrero Ramos, quien venció a Venezuela y a su excelente lanzador de cabecera: Daniel "el Chino Canónico" en el mismo terreno Cervecero de La Tropical, con marcador final de 8-0 a favor de los Cubanos].-

Estos avatares de aquellos campeonatos perduran todavía en la Memoria Histórica del Base Ball Cubano, de los años 40 del Siglo XX.

JESÚS:  El Círculo Militar y Naval, un tremendo trabuco y si la memoria no me falla: Virgilio Arteaga, lra Base; Mario Fajo, 2da; Remigio Vega,  3ra; Jesús Mera, short; Rogelito Valdés, receptor; Lenguita Fernández, jardín izquierdo; Félix del Cristo, en el centro y en el derecho, Felino Sánchez. Isidoro León, pitcher. Mánager, Evelio 

sábado, 22 de abril de 2017

VÓRTICE DEL BEISBOL CUBANO (IV)



Por Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga.


La vida tiene sus cosas,
tiene espinas y tiene rosas.
Del cancionero popular




  Apasionados hasta la calle del frente, unos lanzan dardos a diestra y siniestra, con o sin razón. Otros guardan prudencia para, al fin y al cabo caer en la razón, o mejor dicho, su razón. Así somos los cubanos. ¡Viva el debate respetuoso! ¡Ah! Y aunque me equivoque, no distingo a nadie que haya resultado mejor pitcher que Nolan Ryan. Él y el Meteoro de La Maya se emparentan, cada cual en el medio donde se desempeñaron, que en sus tiempos fueron diametralmente opuestos. 

   En la pelota cubana convergen serios problemas que se abordan en las peñas, los hogares, centros de trabajo, de estudio y en los más recónditos parajes del archipiélago. Las cosas andan al descubierto, tocadas con las manos. Unos se hacen de la vista gorda, otros atacan con fuerza y otros tratan de remediar el asunto sin voz ni voto, pero mayoritariamente con amor hacia nuestro deporte.

   En una apretada síntesis, trataremos de abordar algunos, desde la óptica de un aficionado más que, como todos, quiere regresar a los tiempos de gloria.

La prensa.

   Tenemos buenos periodistas. Otros menores, como sucede en cualquier ramo del saber. Hay programas que la gente agradece: Béisbol de Siempre, conducido por Yasel Porto, quien nos lleva de la mano de hombres como Ted Williams y Armandito El Tintorero; Bola Viva, Al duro y sin guante, y otros. En la radio ni se diga, con Deportivamente a la cabeza, un verdadero foro donde las pasiones se desencadenan. Más los comentarios de la prensa escrita y la digital.

   De Eladio Secades a Michel Contreras, hemos aprendido a valorar las cosas por su peso, sin tratamientos “amigables” ni “enemigos. Ellos lograron acumular conocimientos que van desde los aspectos técnicos hasta datos históricos. Se extrañan Eddy Martin, Rubén Rodríguez y Salamanca, capaces de adornar una buena jugada con las de ataño. A nuestro juicio, ningún periodista podrá cumplir el objetivo deseado sin un pleno dominio del arte beisbolero, que se obtiene con miles de horas frente a los libros y los ordenadores, en la búsqueda de temas históricos, técnicos y de la cultura general.

   Pongamos un ejemplo: cuando en la fría noche del 20 de diciembre del 2000, en el Capitán San Luis, Faustino Corrales repartió la friolera de 22 ponches a Holguín, debió recordarse que 47 años antes, el 24 de mayo de 1953, el derecho Gregorio Evelio Hernández había alcanzado esa cifra en la Liga Nacional Amateur. Eddy Martin, quien fue un excelente locutor, narrador, comentarista e historiador, recogió tales maravillas en su libro Palabras a los setenta y… De esa fuente hay que beber.
  
   En Cuba han desaparecido los comentaristas, no así en otros confines. Hay narradores, locutores y comentaristas, cada uno en su oficio. Recuerdo que Felo Ramírez, miembro del Salón de la Fama de Cooperstown por su capacidad narrativa, junto a René Molina (un estudioso de la pelota), no comentaban entre innings y demás paradas; lo hacían Juan Ealo y otros eruditos. En la radio y la televisión bien pudieran utilizarse a Yasel, Sigfredo Barros, Ismael Sené, jugadores como el profesor universitario Pedro Medina, y otros de capacidad demostrada. Contamos con estadísticos de lujo cual Arnelio Álvarez y Benigno Daquinta.

   Es indudable la influencia de los periodistas, quienes pueden hacer el bien y también, sin quererlo, el mal. En su momento expresé mi inconformidad con reservar lanzadores para determinados desafíos en el Clásico Mundial. En más de una ocasión Carlos Martí había declarado que conservaría la rotación que utilizó en la Serie del Caribe. Pero allá fueron decenas de criterios públicos y técnicos ofreciéndole perder el juego contra Japón y reservar a Lázaro Blanco para dos jornadas después. ¡Se le pedía nada más y nada menos que perder! No hubo uniformidad entre los especialistas; todos queríamos ganar.

   Resultado: Lázaro Blanco no estuvo preparado para esa carga psíquica, y fuera de rotación no pudo hacerse justicia. El cielo no puede tomarse por asalto, hay que conquistarlo. Un fardo demasiado pesado sobre sus hombros, sin la experiencia de un Huelga, Alarcón, Hurtado, Vinent, Lazo, Tati Valdés y otros escogidos. Tanta carga psíquica es contraproducente en un novato, aunque sea el mejor en la actualidad, o el mejor de la última serie. Algunos manifestaron su inconformidad, pero se impuso la sinrazón. Claro, si las cosas le hubiesen salido bien, todos aplaudiríamos. “Pero, sin embargo, se mueve…”, diría Galileo Galilei.

   Gracias al bate de Despaigne logramos pasar a la segunda etapa. Y el final todos lo conocemos. No fue el único problema, pues nuestros muchachos están alejados (no por falta de talento) de aquel nivel de juego; algo demostrado con creces, lamentablemente.   
       
La afición:

   Los estadios se llenan en los play off, o en algunos partidos donde se enfrentan equipos históricos. ¿Y la participación de los aficionados? Gritan, saltan, agradecen, ofenden, disfrutan o sufren con los suyos y los rivales. Después abandonan la instalación contentos o cabizbajos. Pero ¿qué ofertas tuvieron? No me refiero a las gastronómicas, que en menor o mayor medida han mejorado. ¿Dónde están las rifas de pelotas, bates y guantes entre la multitud? ¿Las acrobacias y movimientos danzarios entre innings? ¿El acercamiento a sus ídolos? ¿El boleto de entrada gratis buscado entre miles? ¿Los souvenirs? Y tantas otras iniciativas que se nos escapan.

   Casi a diario hay anécdotas que recordar por la amplificación, y no sucede. Tenemos miembros del Salón de la Fama en varias provincias y, que sepa este redactor, en ninguna están expuestos sus números en las cercas, como sucede en cualquier parte de este mundo. Ni siquiera se anuncian sus visitas al estadio. La historia que se va a escribir hay que cultivarla. Algunos equipos no tienen mascotas. Quizás una encuesta popular permita ampliar las iniciativas, sin copiar del exterior, aunque no tendría nada de malo acoger algunas que llaman la atención. El estadio deberá ser una fiesta de principio a fin.

¿Dónde y con qué jugar?

   Los niños y jóvenes piden a gritos sus terrenos y equipamientos; de ellos brotan los campeones. Pero la realidad es que han desaparecido los solares yermos en las ciudades, de allí salieron Martín Dihigo, Alejandro Oms, Pedro Ramos, Casanova y muchísimos otros. En aquellas nutridas plazas ahora se alojan edificios multifamiliares, empresas, hoteles… Urge buscar y encontrar lugares que puedan convertirse en áreas de participación. En una zona urbana usted no puede conectar un batazo que rompa los cristales de los automóviles o de viviendas. El fútbol, el baloncesto y otros se pueden improvisar en las calles, pero la pelota se torna “peligrosa” para vecinos y transeúntes, necesita mayor espacio.

   Se necesitarían bates, guantes, pelotas, caretas y petos. Antiguamente los muchachos jugaban al corrido de las bases, hasta sacar los outs con pelotazos de bolas hechas con cajetillas de cigarros. Los de menos nivel adquisitivo jugaban quimbumbia a la voz de “le doy… dale”. Tiempos que pasaron a mejor vida con la temprana masificación del deporte, que debe ahora peligra.

Búsquedas imperiosas:

   Es necesario el autofinanciamiento. Se dan pasos con la contratación de jugadores y entrenadores en el exterior, más otras formas que aún resultan insuficientes. Vemos con optimismo la apertura hacia torneos extrafronteras, incluidas las Grandes Ligas. Sería una buena inyección, pero hasta el sol de hoy es una quimera por los problemas políticos que todos conocemos. Para profundizar en este importante tópico, recomiendo el artículo de Joel García Lo singular dentro de lo universal, en “Trabajadores”, 17 de abril de 2017.

   En los últimos años más de 250 peloteros de buen nivel (no tengo la cifra exacta), han abandonado el país en búsqueda de mejor vida económica y para probarse en otros niveles. Lo hacen poniendo sus vidas en peligro y con acuerdos onerosos, entre ellos la condición de no volver a residir en su país de origen, un aspecto detalladamente tratado por Oscar Sánchez en el periódico Granma, y otros autores. Pocos llegan a la Gran Carpa, solo algunos se destacan, como asegura Hank Aaron (el 7%). 

   Imaginemos por un momento, solo imaginemos, que por una razón u otra (es solo una idea, repito) de las Mayores se marche de un tirón esa cantidad de estelares. Automáticamente se convertirían en clase AAA y posiblemente AA. Condiciones y recursos tendrían para recuperarse en corto tiempo, pero se afectaría profundamente el espectáculo. Así ha pasado en Cuba, sin disponer de tantas reservas. Aunque no es la única causa, las Series Nacionales han caído al nivel más bajo desde su fundación, lo que repercute en los eventos internacionales con altos niveles de profesionalismo y profesionalidad, que no es lo mismo, pero en este caso da igual, parafraseando a Silvio Rodríguez.

   La evasión no ha sido solo de jugadores. Una pléyade de talentosos técnicos trabajan en el exterior: emigrantes, contratos personales y colaboradores. Claro, son más cotizados los de un probado mayor nivel y, a su vez, con sus servicios se benefician las arcas del país y las suyas propias, pero se resiente la calidad del béisbol. El hombre necesita mejorar su economía, pero deshacerse de los mejores entrenadores es un asunto que daña la calidad.

   Los jugadores contratados se foguean en la filosofía del oficio profesional (aunque a algunos no les guste la palabra), la misma de donde debemos beber, porque es ahí donde competimos extrafronteras después que desapareció la palabra amateur de la Carta Olímpica. Con la salida al exterior amplían su capacidad, reciben el 80% del contrato y aportan a la Federación el 20%. Estos últimos rembolsos para el desarrollo de nuestra pelota.

   A su vez, y como un dilema supremo, subsiste la falta de incentivo material entre quienes quedan desempeñándose en los torneos del país, bien sean Menores de 23 o en las Series Nacionales. Y no pocos aficionados protestan por la ausencia de los mejores en nuestros clásicos. Deberán buscarse fórmulas para atender este problema, con estructuras donde puedan competir todos.

   La Liga Profesional Cubana se jugaba desde finales de octubre hasta los inicios de febrero, un tiempo exacto para que quienes se desempeñaban en otros lares pudieran hacerlo en su país. Jugadores y aficionados agradecían la etapa invernal. Quizás ahí tengamos el tan necesario torneo élite. Acaso con el original nombre de Liga Cubana (así surgió en 1878), como algunos le llaman desde ya. 

En fin, hay tela por donde cortar. Ahora bien, por esa época se juegan las Ligas Menores en el Caribe y otros países pudieran ser los escogidos por nuestros muchachos, pues obtendrían mayores ganancias. En su momento, aquella Liga Profesional Cubana fue la más fuerte y bien remunerada, recibía a decenas de extranjeros. ¿Estaría el país en condiciones de aceptar semejantes retos?

¿Formación de directores?

   Ojalá me equivoque, pero al parecer no existe en la actualidad una Escuela de Directores de Equipos, posiblemente ni de árbitros. Cada año aparecen jugadores o no, sin átomos de experiencia para tan compleja tarea. Una cosa es conocer por los libros o en el terreno la pelota y otra manejar un grupo de hombres de procedencias diversas que sienten, piensan y padecen, cada cual a su manera. Dirigir conlleva aprendizaje, entrega absoluta, carácter, métodos para ganarse el respeto. Y atenciones reales, sin jamás mentirles; no lo perdonarían.

   Se hace necesario profundizar en las leyes del béisbol, no solo salir al terreno a darlo todo. Ellas exigen una serie de códigos, detalles y coherencias para dirigir hombres y mujeres peloteras, que deberán sentir la sapiencia de quienes mandan y responder con el reconocimiento. Que se dé a respetar y respete, que ría en las fiestas y llore junto a ellos en el dolor.

   El director que no conozca las complejas reglas del béisbol, así como los mil y un problemas de los súbditos, de sus éxitos y fracasos, difícilmente podrá lograr un team work. En fin, un amigo exigente y respetado, o más temprano que tarde pasará al olvido. Quien eduque deberá ser un evangelio vivo, según palabras de José de La Luz y Caballero.

   En la incertidumbre vivida y quizás por vivir dentro y fuera del país, algunos hasta reclaman un torneo profesional con jugadores extranjeros. ¿Será viable?

   Ya veremos.

martes, 18 de abril de 2017

QUÉ HISTORIA DE LOS NYY

ESTRELLAS DEL BÉISBOL


Por Héctor Barrios Fernández.

Los Yankees de New York fueron establecidos en 1901, en la era de Derek Jeter nunca estuvieron debajo de .500 durante un lapso de 162 juegos.

Quiérase o no, los Yankees son “el equipo de los Estados Unidos” en las Ligas Mayores. 

Con un record de 18 títulos de división, 40 títulos de la Liga Americana y 27 series mundiales en la bolsa, es difícil rebatir eso con argumentos valederos. Pero en un principio no parecía que las cosas fueran a ir bien para los Yankees.

Los actuales Yankees se iniciaron como los Orioles de Baltimore en 1901, pero no los Orioles que conocemos ahora. A ellos les fue negado el acceso a la Gran Manzana por los Gigantes, en ese tiempo de New York en 1901 y tuvieron que establecerse en Baltimore. Quizás de manera fortuita para la franquicia, rápidamente las cosas fueron muy mal.

Fue una franquicia horrorosamente administrada en sus primeras dos temporadas y le fue entregado el control de ella a la liga después de un record de 50-88 en 1902.


Antes de comenzar la temporada de 1903, la liga hizo caso omiso de la objeción de los Gigantes y consiguió que la franquicia se moviera a Manhattan, con nuevos dueños y con el nombre de Highlanders de New York.

La franquicia en Baltimore prácticamente se retiró y entonces fue vendida a otra localidad y a otro grupo de inversionistas, no está claro si el equipo en sí desapareció o la liga americana le asignó otra ciudad. Actualmente la mayoría de los historiadores consideran que son dos franquicias completamente diferentes, puesto que solamente cinco jugadores (13%) permaneció en el equipo después del cambio. De cualquier modo fue un tambaleante comienzo.

Los Highlanders/Yankees no fueron muy espectaculares en sus primeros 17 años, promediando 72-76 por temporada, nunca llegaron a una serie mundial. Entonces llegó Babe Ruth.


Ruth había sido uno de los mejores lanzadores del juego y un bateador de tiempo parcial, todo esto con el equipo de los Medias Rojas de Boston, antes de ser vendido a New York.

La adquisición de Ruth por parte de los Yankees, cambio las fortunas de ambos equipos, llevando a los Medias Rojas  a una maldición que provocó una sequía de 86 años, mientras que a los Yankees los convertía en la figura más dominante de todos los deportes, al menos en los Estados Unidos. Por supuesto que Ruth fue de gran ayuda.

En 1920, con Babe Ruth bateando más home runs por él mismo (54) que cualquier otro equipo en la Liga Americana.

En un período de 12 años (1921-1932), los Yankees fueron uno de los más dominantes y balanceados equipos en la historia, llegando a siete series mundiales y ganando cuatro  (1923, 1927, 1928 y 1932). Después de todo, un sólo jugador no explica casi un siglo de excelente consistencia.


Los Yankees han sido siempre maestros en re-cargarse. Después de Ruth y Gehrig vinieron Joe DiMaggio, Whitey Ford, Mickey Mantle, Reggie Jackson, Don Mattingly, Derek Jeter y Mariano Rivera. Sólo por mencionar a unos cuantos. Hay una leyenda (o dos…o cinco) por cada era de los Yankees y cada una añade un encanto. Pero todo esto comenzó con el “Babe.”

Cuando se concretó el famoso envío de Babe Ruth de los Medias Rojas a los Yankees por la miserable suma de 100 000 dólares, los Yankees no solamente conseguían a uno de los mejores pitchers y bateadores. También conseguían a uno de sus más formidables oponentes.

Los números del gran bambino contra los Yankees hasta la fecha del famoso cambio eran: .337 de porcentaje de bateo, .438 con corredores en las bases, .663 de slugging, en 194 apariciones al plato.

Además, como lanzador, Ruth compilaba un record de 17 ganados, 5 perdidos y 2.21 en carreras limpias admitidas en 23 juegos iniciados contra los Yankees.


Ruth solamente lanzó en cinco juegos de temporada regular después de llegar a los Yankees, recordemos que Babe Ruth fue uno de los mejores lanzadores del juego.


Fue líder en la liga en porcentaje de carreras limpias admitidas con los Medias Rojas en 1916 (23-12, 1.75), y su porcentaje de 2.28 (con un mínimo de 1 000 innings lanzados) ha sido mejorado solamente una vez desde 1927, el valiente que lo mejoró fue quien seguramente ingresará al Salón de la Fama y que toda su carrera fue Yankee, Mariano Rivera (2.21).

Por supuesto el Babe no acumuló apodos como “el Sultán de Swat” o “el Coloso de Clout” solo porque sí, sino porque hacía cosas increíbles con su bat de béisbol.

Ruth es famoso por sus 714 home runs, buenos para ocupar el tercer lugar de todos los tiempos, es líder en porcentaje de slugging de todos los tiempos con .690.

Solamente algunos records de Babe Ruth:


a.- Bateó .401 en un tramo de 255 juegos contando de abril 24 de 1923 al 8 de agosto de 1924.
b.- Su mejor marca en una temporada fue de 60 home runs, pero conectó 71 en 162 juegos, del 24 de julio de 1927 al 30 de julio de 1928.
c.- Ruth tiene el record de 365 home runs con gente en base, nueve más que Hank Aaron y 53 más que Barry Bonds.
d.- En cinco ocasiones terminó la temporada con al menos .350/.500/.725. Los que más se acercan lo han hecho o hicieron cuatro veces.
e.- Durante nueve diferentes temporadas, Ruth tuvo porcentaje de slugging de al menos .700. Eso es más de lo que Barry Bonds, Ted Williams, Stan Musial, Mickey Mantle y Sammy Sosa tienen en combinación.


f.- Si Babe Ruth regresara del más allá y volviera al béisbol de grandes ligas y se ponchara 3 187 veces seguidas, aún tendría un porcentaje de slugging de .500, esta es la marca que tiene el actual miembro del Salón de la Fama Ernie Banks. Además si se fuera de 1 147 veces al bat, 0 hits, su porcentaje de slugging apenas caería por debajo del de Barry Bonds .6069 contra .6070.
g.- Tendría que irse de 0 hits en 1 501 veces al bat o no conectar hit en más de dos temporadas jugando regularmente para que su OPS cayera debajo de 1.000.
h.- Tuvo 10 robos de home. Esa cifra es mayor que la que consiguieron juntos Rickey Henderson, Lou Brock y Tim Raines (9).


i.- Tuvo tres temporadas en las cuales bateó por lo menos .375/.500/.750. Ningún otro jugador en la historia del béisbol ha tenido ni siquiera una.
j.- Su WAR (183.6) combinado entre lanzador y jugador de posición, es mayor que el de Derek Jeter y Tom Seaver combinados.
k.- De sus 714 home runs, 603 fueron para establecer nuevo record. Cada que conectaba uno rompía su propio record.
Para muestra, solamente un botón.




Joe DiMaggio llegó cuando Babe Ruth se fue, el Clipper arribó a los Yankees en 1936 y empató con Ruth con cuatro series mundiales ganadas…en sólo cuatro años. Tuvo .341/.391/.622 en ese período al comenzar su carrera, para ganar cuatro anillos de campeones. Históricamente esa fue su segunda racha más famosa.

Los 56 juegos bateando de hit en forma consecutiva de Joe DiMaggio es una de las historias más comentadas en los deportes y cuando esta racha finalizó el 17 de julio de 1947, el Clipper de los Yankees comenzó otra de 16 juegos consecutivos pegando de hit, tomando en cuenta el juego en que fue parado, en esos 73 juegos bateó para .408 de porcentaje.

Con esta hazaña, el record anterior perteneciente a Willie Keeler de 45 juegos en los años de 1896-97, se posicionaba en segundo lugar.

De manera interesante, Dominic, el hermano de Joe, ocupa el lugar número 16 entre las mejores rachas de juegos pegando de hit en forma consecutiva con 34 en 1949.

También el hermano mayor de Joe, Vince DiMaggio, tuvo una racha de 12 juegos consecutivos conectando de imparable en 1941 jugando para los Piratas de Pittsburgh, curiosamente durante la misma temporada en que Joe logró su grandiosa hazaña.


Salvo en dos temporadas Joe DiMaggio y su rival Ted Williams de los Medias Rojas de Boston, jugaron cada uno con su equipo de 1939 a 1951, en ese tramo no hubo una elección para el jugador más valioso que no incluyera a los dos en la lista de candidatos, entre los dos se dividieron 5 MVPs.

 Los argumentos de quién de los dos fue mejor jugador, aún existen. Durante la racha, DiMaggio tuvo un porcentaje de bateo de .463 con corredores en base, mientras que Ted Williams tuvo uno de .482 pero en toda su carrera, además Ted es el bateador más reciente en terminar una temporada bateando un porcentaje superior a los .400, temporada en la que Joe DiMaggio resultó nombrado el jugador más valioso.

Como dato curioso mencionaré que los lanzadores Ted Lyons y Lefty Grove, permitieron un home run de Babe Ruth durante su temporada de 60 y también permitieron un hit de Joltin’ Joe DiMaggio durante su tremenda racha. En muchas ocasiones he escuchado que el record más difícil de romper en el béisbol, es precisamente este de DiMaggio. ¿Será?

Estadísticas Yankees:


-Los Yankees han sido participantes en 225 de 653 juegos de serie mundial, el 34.45 %.
- Cuatro fue el número de temporadas en las que Lou Gehrig por lo menos tuvo 15 triples, 15 home runs y 100 bases por bolas. Dos jugadores más han alcanzado estas marcas en un par de ocasiones cada uno, ambos fueron Yankees. Babe Ruth en 1921 y Charlie Keller en 1940.
- 55 veces el short stop de los Yankees Frank Crosetti fue golpeado por un lanzamiento del pitcher, esto ocurrió entre 1932 y 1938, record en la liga americana. Con poco menos de la mitad de esa cantidad (27) en el mismo período, Lou Gehrig fue segundo en la liga.
- El 14.7 % de las 102 bases robadas en la carrera de Lou Gehrig, fueron robos de home.
- .350/.470/.640 en una temporada con por lo menos 700 apariciones al plato, solamente Lou Gehrig tiene estos promedios. Y lo hizo en cuatro ocasiones.
- Babe Ruth alcanzó una base 379 veces en 1923, todo un record. 



En 1957 Mickey Mantle alcanzó base 319 veces, la mayor cantidad para un bateador ambidiestro.
- Entre Mickey Mantle (54) y Roger Maris (61) se combinaron para conectar 115 home runs entre los dos. Los Medias Rojas de Boston ese año conectaron 112 como equipo.
- Jugando en juegos de serie mundial, Mickey Mantle tuvo 40 carreras producidas, record de todos los tiempos.
- Mickey Mantle se robó 21 bases en la temporada de 1959. Esa fue la mayor cantidad de robos bajo el mando de Casey Stangel como manager de los Yankees (25) temporadas.
- En 2002, Alfonso Soriano se convirtió en el único jugador en conectar por lo menos 90 hits de extra base y robarse 40 bases en una temporada.
- 5 es la cantidad de temporadas en las que un receptor o catcher, tuvo más home runs que ponches desde 1940, su nombre Yogi Berra.



Por supuesto que esto es sólo una pequeña probadita de la historia de los Yankees, si en un libro es imposible plasmarla completa, menos en un modesto artículo.